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Japón mantiene una línea para que una joven pueda ir a clase. Es la solitaria pasajera de una vieja locomotora y su estación
- Llevaba una vida tranquila hasta que su caso ha atraído a decenas de fotógrafos
Harada Kana espera la llegada del tren junto a la pequeña estación de su aldea Cuando se habla de Japón y sus ferrocarriles pensamos en un tren bala que desafía la gravedad, orgullo de la tecnología nipona. Pero ha sido un viejo tren de cuarta generación y cuyo mayor reto es vencer las nevadas y los 20 bajo cero de estos días de enero el que ha conquistado el corazón del archipiélago.
Unica usuaria. Harada Kana, 17 años, es la única pasajera de la minúscula estación de Kyu-Shirataki, una remota zona rural de Hokkaido, una isla del norte de Japón.
Cierre anunciado. El 26 de marzo coincidirá el final de la vida como estudiante de secundaria de la joven con el del cierre de la línea, cuyo final se ha retrasado para garantizar su derecho al transporte.
