Desgraciadamente hay juguetes que han sido tradicionalmente asignados a niñas y juguetes tradicionalmente asignados a niños. Estos roles encorsetan el juego infantil y lo limitan, además de estereotipar y educar en la desigualdad de género, asignando tareas y áreas específicamente a mujeres (el ámbito privado de las tareas domésticas y los cuidados familiares a través de juguetes como las muñecas, cocinitas, etc.) y hombres (los juegos de acción o aventura, a veces implicando violencia, a través de juguetes como pistolas, motos, camiones, etc. para niños).
Eso no significa que las niñas no puedan jugar con muñecas o los niños no puedan jugar con coches o balones, pero cada niño y cada niña debe de ser capaz, de manera completamente libre y normalizada, de elegir sus propios juegos y juguetes, sin presiones ni mandatos de género. Presiones y mandatos de género que muchas veces viene asociada a la publicidad de los mismos juegos y juguetes, y de la imagen y el uso que se da de los mismos.