El joven protagonista de esta buena noticia se llama César Espino. Al parecer él y su compañero navegaban en el día dos de enero a unas dos millas del muelle de Morro Jable, en la isla canaria de Fuerteventura, cuando vieron una boya utilizada para Palangre (tipo de pesca no muy legal).
Alrededor de la boya observaron la típica salida de aire de una ballena, un rorcual de unos 15 metros que se encontraba sola.
Sin dudarlo, César se tiró al agua provisto de tan solo de unas gafas de bucear, una herramienta y un snorkel.
Al sumergirse, pudo comprobar cómo el animal estaba enganchado a los anzuelos tanto en la boca como en la cola, lo que le impedía moverse.
No se lo pensó dos veces y se puso ante la ballena ( la cuál asegura le habló con la mirada) y tras una hora de trabajo consiguió salvarla de lo que hubiera sido una muerte segura.
Fuente: cuentamealgobueno
Alrededor de la boya observaron la típica salida de aire de una ballena, un rorcual de unos 15 metros que se encontraba sola.
Sin dudarlo, César se tiró al agua provisto de tan solo de unas gafas de bucear, una herramienta y un snorkel.
Al sumergirse, pudo comprobar cómo el animal estaba enganchado a los anzuelos tanto en la boca como en la cola, lo que le impedía moverse.
No se lo pensó dos veces y se puso ante la ballena ( la cuál asegura le habló con la mirada) y tras una hora de trabajo consiguió salvarla de lo que hubiera sido una muerte segura.
Fuente: cuentamealgobueno