El mes pasado tuvimos en el cole el taller "Descubriendo la maternidad" de la mano de Rakel (mamá de Elrik, de infantil) y Fátima, (mamá de Surur,de 1º) que quisieron colaborar con mucha ilusión en la Semana de la Mujer del cole. Rakel nos ha remitido un bonito texto sobre su experiencia e impresiones tras la realización del taller, del que podéis leer más aquí. ¡Mil gracias por compartir tus bonitas palabras!
"El miércoles 7 y el viernes 9 de marzo tuve la oportunidad de realizar el taller "Descubriendo la maternidad" en el Gómez, junto con mi compañera Fátima, como parte de las actividades propuestas para la semana de la Mujer. Tras leer la entrada publicada en el blog del cole sobre el taller, os escribo las emociones que aquí no se han podido recoger:
Fue fantástico comprobar que el alumnado de 6º de primaria estuviera tan informado y que hiciera tantas preguntas y compartiera tantas experiencias (sobre el número de cesaréas, por ejemplo). Nos felicitaron todxs lxs profesorxs y el alumnado se quedó con ganas de saber más (se acabó el tiempo y seguían queriendo preguntar y compartir).
En casi todos los cursos, nos llamaba la atención como el comentario más escuchado al ver las imágenes de partos o de bebés era “¡¡Qué asco!!”, con caras boquiabiertas y miradas cómplices entre ellxs. Y, sin embargo, eran un “Ohhh” casi al unísono al ver a los animales. Se lo remarcamos en 3º de primaria que fue el grupo más revuelto, al ser ya última hora, y moló mucho que precisamente una de las niñas que había allí había acompañado el nacimiento de sus dos hermanxs pequeños en casa. ¡¡Vaya power que tenía!!!
Las clases de 4º de primaria se interesaron más por el aspecto científico: estaban totalmente obsesionadxs por saber cuántos bebés se podían gestar a la vez en el útero materno y cuántos podían salir sin cesárea, por ejemplo. Aquí hacíamos un tándem maravilloso Fátima y yo, porque ella es enfermera y está formándose para matrona y sabía dar la explicación más científica, y yo intentaba incidir en las cuestiones de justicia, más sociales y emocionales.
Fue agotador a nivel energético porque pasamos por todos los cursos de primaria desde las nueve hasta las dos sin parar ese miércoles y a primera hora del viernes con todo infantil (unos treinta peques de tres a cinco años). Lo más tierno para mí de la experiencia con las clases de infantil fue el día después, con los peques enseñándonos a Fátima y a mí sus dibujos interpretando lo que les habíamos contado: lxs niñxs de tres años habían dibujado al bebé dentro de un círculo de barriga, pero lo llamativo es que se habían esforzado en el detalle de poner una línea entre la boca de la madre y la boca del bebé (el cordón umbilical que alimenta al bebé mientras está dentro del útero). La maestra nos lo enseñaba con la babilla en la boca.
En fin, fue una experiencia muy agotadora pero a la vez muy chula, necesaria y enriquecedora para todxs".
Fue fantástico comprobar que el alumnado de 6º de primaria estuviera tan informado y que hiciera tantas preguntas y compartiera tantas experiencias (sobre el número de cesaréas, por ejemplo). Nos felicitaron todxs lxs profesorxs y el alumnado se quedó con ganas de saber más (se acabó el tiempo y seguían queriendo preguntar y compartir).
En casi todos los cursos, nos llamaba la atención como el comentario más escuchado al ver las imágenes de partos o de bebés era “¡¡Qué asco!!”, con caras boquiabiertas y miradas cómplices entre ellxs. Y, sin embargo, eran un “Ohhh” casi al unísono al ver a los animales. Se lo remarcamos en 3º de primaria que fue el grupo más revuelto, al ser ya última hora, y moló mucho que precisamente una de las niñas que había allí había acompañado el nacimiento de sus dos hermanxs pequeños en casa. ¡¡Vaya power que tenía!!!
Las clases de 4º de primaria se interesaron más por el aspecto científico: estaban totalmente obsesionadxs por saber cuántos bebés se podían gestar a la vez en el útero materno y cuántos podían salir sin cesárea, por ejemplo. Aquí hacíamos un tándem maravilloso Fátima y yo, porque ella es enfermera y está formándose para matrona y sabía dar la explicación más científica, y yo intentaba incidir en las cuestiones de justicia, más sociales y emocionales.
Fue agotador a nivel energético porque pasamos por todos los cursos de primaria desde las nueve hasta las dos sin parar ese miércoles y a primera hora del viernes con todo infantil (unos treinta peques de tres a cinco años). Lo más tierno para mí de la experiencia con las clases de infantil fue el día después, con los peques enseñándonos a Fátima y a mí sus dibujos interpretando lo que les habíamos contado: lxs niñxs de tres años habían dibujado al bebé dentro de un círculo de barriga, pero lo llamativo es que se habían esforzado en el detalle de poner una línea entre la boca de la madre y la boca del bebé (el cordón umbilical que alimenta al bebé mientras está dentro del útero). La maestra nos lo enseñaba con la babilla en la boca.
En fin, fue una experiencia muy agotadora pero a la vez muy chula, necesaria y enriquecedora para todxs".
Rakel